Escribe Paco Mira:
SOMOS MAYORES, PERO NO IDIOTAS
Hace unos días, saltaba en
la prensa que Carlos San Juan, que así se llama el hombre del que les voy a
compartir la reflexión, había publicado un lema que decía, “somos mayores,
pero no idiotas”. El lema hacía referencia a desidia, dejadez, desprecio
diría yo, de ciertos organismos oficiales hacia las personas, más que mayores,
no avezadas en nuevas tecnologías. Es verdad que la sociedad cada vez más, nos
empuja hacia fórmulas cada vez más sofisticadas, pero eso no debe significar el
ahogamiento de la propia persona.
Carlos San Juan, se negaba a la obligatoriedad de tener que
aprender unas ciertas tecnologías que no había nacido con ellas y que no le
iban a suponer nada nuevo en su curriculum personal. Se negaba que los organismos
de los que hablábamos la semana pasada (si se acuerdan comentábamos la
deontología en la diaconía del funcionario), no pudieran atenderlo simplemente
por no saber informática. Curioso: a los pocos días los bancos, por ejemplo,
dijeron que iban a atender a los mayores como se merecía. Me pregunto: si se
puede hacer, ¿por qué no lo hicieron antes?.
Somos mayores, pero no idiotas, los mayores que cuidan
de los nietos, muchos de los cuales son hijos de los que trabajan y dirigen los
bancos. Cuidan de sus nietos, no por obligación , sino muchas veces por la
necesidad de los hijos y además lo hacen con un cariño y un amor inmenso.
Somos mayores, pero no idiotas, los mayores que siguen
siendo la clase media de este país y que gracias a ellos este país no ha entrado
en bancarrota; que sigue acogiendo y alimentando a tantos y tantos hijos que
por situación laboral o económica no pueden hacerlo. Los mayores, esos que no
son idiotas, acogen a sus hijos en sus casas, con sus parejas, con sus nietos,
etc…..
Somos mayores, pero no idiotas, los mayores que siguen
manteniendo vivo el rescoldo de una fe que se me antoja cada vez más débil. Son
los que siguen manteniendo abiertas las puertas de nuestros templos, los que
siguen manteniendo la llama viva de un número de personas que acuden
semanalmente a compartir la fe en el pan partido y repartido.
Somos mayores, pero no idiotas, los mayores que siguen
orando con sus nietos, que siguen acompañando a los nietos a las celebraciones
de la eucaristía, que siguen enseñando aquellos frases de cuatro esquinitas
tiene mi cama….
Somos mayores, pero no idiotas, los mayores que se
rebelaron, siendo adolescentes, en el mayo del 68 y que 54 años más tarde
siguen protestando ante las injusticias de los que ni siquiera en aquella época
habían nacido. Solo por la reivindicación en contra de la injusticia, se
merecen un respeto.
Somos mayores, pero no idiotas, los que como en el
evangelio de este fin de semana, procuran poner la otra mejilla antes de crear
un conflicto; son los que, como Carlos San Juan, serán capaces de perdonar a quienes
nos han hecho pasar un mal rato.
El evangelio de este fin de semana, es claro: amen a sus
enemigos. Tan real como complicado. Pero sin duda los mayores son ejemplo de
que a veces lo imposible tiene solución aunque no la veamos. Los mayores, suelen
dar consejos que normalmente no nos gustan. No suelen juzgar, ni condenar, siempre
suelen poner la paz para que reine la paz.
Amigos, los mayores lo son, pero no son ni los tomemos por
idiotas, al menos en sentido evangélico. Amar al que nos ama no tiene mérito,
pero amar al que no nos ama, tiene tela.
Por cierto, FELICIDADES, a nuestro nuevo Obispo Auxiliar.
Hasta la próxima
Paco Mira