Escribe Paco Mira:
NO, POR FAVOR. NO TENGAN MIEDO
El otro día
escuchaba en la radio, (les recomiendo que la escuchen de vez en cuando
y dejemos un poco la tv) a un especialista al que el locutor le preguntaba por
el miedo: qué era, por qué teníamos miedo, si era o no hereditario, etc... Este
hombre respondía que era un sentimiento innato al ser humano, que se suele
aprender por asociación y socialización, pero que no era hereditario. Incluso
el miedo ayudó al ser humano a poder sobrevivir como especie humana, pues de lo
contrario quizás no estaríamos hoy aquí.
Juan Pablo II, cuando fue elegido y en
el balcón vaticano, lo primero que dijo fue "no tengan miedo". Daba
la impresión que la fe nos hacía estar atemorizados por algo, tener miedo a
algo o a alguien.. pero al mismo tiempo nos estaba dando un voto de confianza,
como si esta nos hiciera afianzar aquello que tenemos un poco débil.
En este último domingo de adviento, se
nos presenta un nuevo personaje que no hace mucho también contemplábamos:
María. Un personaje que se me antoja curioso, fuerte, pero al mismo tiempo
dubitativo y lleno de incertidumbres en su vida. Seguro que el sí de María, no
fue el sí de una noche de verano o de un "farolazo", sino desde la
certeza de que Dios estaba con ella. Dios le da una misión, la asocia a su plan
de salvación y para ello garantiza su presencia.
Todos, en algún momento de nuestra
vida, pasamos por momentos complicados: falta de algún ser querido, situación
de erte, paro, abandono... este año el covid19 lo ha sido para todo el mundo.
Sin embargo aquellos que nos llamamos seguidores de Jesús, como María, estamos
llamados a decir que sí al proyecto de Dios, a estar alegres y llenos de
esperanza: no dejemos que nada ni nadie nos robe la alegría o nos secuestre la
esperanza: Dios sigue estando presente en la historia y nosotros somos sus
testigos.
Hace dos mil años, con el sí de María
se abrieron espacios para la humanidad de Dios en la historia. Hoy, con el paso
del tiempo, se nos invita a nosotros a que, como María, abramos esos espacios
para un nuevo sitio a Dios que se hace hombre en Jesús. Todos y cada uno de
nosotros estamos llamados a dar a luz, a parir a Jesús en todas y cada una de
las realidades humanas. El evangelio es una buena noticia que nos puede ayudar
en esa misión.
La tarea no es fácil. Incluso María
pone inconvenientes a su misión, pero el ángel le responde que "para Dios
no hay nada imposible". Tenemos muchas heridas que curar y muchos abrazos
que quedaron y están pendientes, hay muchas vidas descartadas... tenemos que
ponerle a Dios nuestras miserias, que él en ellas pone su confianza para que su
plan siga adelante.
No, por favor: no tengamos miedo. No
dejemos llevarnos por la incertidumbre, el desánimo, las pocas ganas... Ahora
más que nunca la realidad de María tiene que ser nuestra realidad. La realidad
de María es la confianza en un proyecto y en un plan que ha de ser asumido
desde la humildad de quien se siente humilde. Es un plan que ha de ser asumido
y que nos permita decir con ella: aquí esta la servidora del Señor, hágase en
mí.
Amigos, María es el prototipo de que lo
imposible es posible. Lo más fácil es arrojar la toalla, pero no lo hagamos y
luchemos hasta el final, porque la ocasión, el momento y el plan merece la
pena.
Hasta la próxima
Paco Mira