Escribe Paco Mira:


LA PROPUESTA ACADÉMICA DE JESÚS

             ¡Han comenzado las matrículas!. Me imagino que todos los padres ya están inmersos en el papeleo que todos los años por estas fechas tienen que hacer. Muchos pensarán que esto es cuestión de hacerlo el primer año que el hijo/a va al colegio y eso le dura para toda la vida: ¡quién nos viera con 22 años y con la foto de 3 añitos, la primera que llevamos al colegio cuando llorábamos y no queríamos quedarnos. Pues no, ahora toca volver a renovar fotos, datos, teléfonos, direcciones, etc.... incluso asignaturas.
        Y me gustaría, aprovechando las matrículas, que seamos sinceros. Que seamos capaces de dar testimonio de aquello que decimos que creemos y una de las formas o fórmulas para ello es la optativa que marcamos para nuestros hijos. Antes que nada: ¿Cuántos de nosotros miramos, corregimos, anotamos... la matricula de nuestros hijos? ¿Cuántos de nosotros firmamos, sin saber lo que se ha puesto por aquello de decir que "no entendemos"? ¿Cuántos de nosotros le decimos a nuestros hijos que han de ir a religión en el curso que viene? Después nos preguntaremos que ¿dónde están los jóvenes en nuestras parroquias, dónde está la gente joven?, pues chiquito ejemplo que damos.
        Este fin de semana es la Ascensión. Probablemente muchos se quedarán en lo anecdótico de la escena de subir en cuerpo al cielo, que sin entrar en detalles no sé si es lo más importante de la escena. Quizás, más que eso, es nuestra matrícula en el curso de la fe y de la vida. Jesús nos ha dado la teoría y ahora nos queda la práctica. La Ascensión es el examen por el que tenemos que demostrar al mundo que seguir su ejemplo merece la pena.
        ¿Qué hacen mirando al cielo, varones sin alegría?. Claro que es importante mirar al "cielo", poner fijo los ojos en Dios y en su proyecto de salvación, redención y liberación de la humanidad. Sin Dios, sin la mirada en lo alto, el proyecto de la comunidad se puede quedar en un esfuerzo filantrópico, loable y valioso, pero insuficiente desde la fe, más allá de la mejora de las condiciones de posibilidad para la vida humana, quiere ofrecer un horizonte de felicidad y plenitud que trasciende el tiempo y el espacio.
        Claro que es importante mirar "al cielo"... pero es igualmente importante mirar la tierra. Observar con detenimiento el curso de los acontecimientos y hacerse cargo de la realidad de los seres humanos con quienes construimos la historia. El proyecto de la comunidad de los discípulos de Jesús, si no se encarna en la realidad, corre el riesgo de quedarse en un esfuerzo etéreo, lleno de palabras y bellos gestos, pero con poca capacidad de transformar la realidad según los valores del evangelio.
        ¡En el equilibrio está la virtud!. Con un ojo miramos al cielo para llenar de sentido lo que somos y hacemos y, con el otro, la realidad con la que nos comprometemos para hacerla más divina y más humana. No nos olvidemos nunca que el evangelio se lleva a la práctica en la tierra, en el contacto y el sudor con los que nos rodean, si miramos solamente al cielo probablemente acabaremos con un gran dolor de cuello.
        Tenemos reto para estos días. Aprovechemos las jornadas de puertas abiertas de la universidad de la vida donde la asignatura del evangelio nos invita a rellenar una matrícula que se me antoja apasionante. Pero esa pasión tiene que tener su practicidad en pequeños gestos: en el cole de nuestros hijos, en nuestro compromiso social, en la entrega generosa al más necesitado, etc... ¡Uff! , este gran amigo Jesús cada vez más nos complica la vida.

        Feliz  Pascua
        Hasta la próxima
        Paco Mira