Escribe Paco Mira:
PINTARSE
LA CARA DE COLOR ESPERANZA
Les digo que hay autores que hay que ponerlos en un pedestal.
Sean de la condición religiosa que sean. Sean de la tendencia que sean, pero, a
veces, sus letras son el testimonio claro de lo que tenemos y queremos decir.
Adviento es eso, esperanza. Seguro que hay más de una razón para ella, pero el
mundo, por lo que estamos viviendo en muchas de las circunstancias, parece que
está dispuesto a que eso no suceda, ni quiera que ello se produzca.
Seguro que cuando Diego Torres
popularizó esta canción no tenía claro el éxito, aunque se lo podía imaginar.
El mundo necesita lo que se canta en la canción, necesita pintarnos la cara de
que el mundo que habitamos, puede ser de otra forma y de otra manera.
Seguro que todos recordamos las muchas
veces, que cuando nuestros padres nos veían sentados o tumbados en mala
postura, nos decían: "ponte derecho!". Una postura corporal erguida
es indicio de buena salud, de buena autoestima, y también un gesto de respeto
hacia los demás, si recibimos a alguien o cuando se dirigen a nosotros. Por el
contrario, si alguien se encuentra enfermo o aquejado por preocupaciones, le
cuesta mantenerse derecho: suele tener los hombros caídos, la espalda
encorvada... y también es de mala educación
no levantarse o permanecer en una postura de dejadez y apatía si
recibimos una visita o si alguien se dirige a nosotros.
Hoy
comenzamos el tiempo de adviento, y es como si Dios, como padre nuestro que es,
a través de oraciones y de su Palabra nos dice “¡ponte derecho!”. Porque son
muchos los motivos para mantener postradas a las personas: problemas de salud,
familiares, problemas de trabajo, económicos… las convulsiones políticas y
sociales, noticias de guerras, atentados, conflictos, desastres naturales,
crisis de refugiados, pobreza, hambre… parece que se cumple lo que decía Jesús
en el evangelio: habrá… en la tierra angustia de las gentes… los hombres
quedarán sin aliento por el miedo, ante lo que se le viene encima al mundo.
Los cristianos no estamos locos al
decir que hoy es un tiempo de gracia, que este año, a pesar de los profetas de
desgracias, puede ser el mejor y puede ser el momento oportuno para alzar
nuestras cabezas y cantar la liberación. Es la hora, es el tiempo propicio para
que los cristianos nos movilicemos y hagamos presente a aquel niño pobre que
nació en Belén y ahora nos preparamos
para que nazca en el portal de nuestra historia, está y siempre ha estado y estará entre nosotros
haciendo la liberación… nos compete a nosotros reconocerle, acogerlo y hacer
vida su mensaje y su proyecto.
No estamos locos. Si los cristianos
trabajamos en serio desde los criterios del evangelio, si somos capaces de ser
una alternativa creíble para la construcción de la sociedad más allá del poder
y del tener, si somos capaces de ofrecer modelos de desarrollo económico y
social donde el centro sea la persona y no el lucro… Ese día, con voz alta,
podemos decir “levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”.
Nos queda mucho. Nos queda no jugar con
la vida de inmigrantes que por solidaridad ha recogido un pesquero en alta mar
y nadie los quiere y convertimos el océano en una fosa común consentida porque
“parece ser que hay que negociar con la vida del pobre”. Probablemente Herodes
también negoció con los Magos.
Ojalá que a los cristianos se nos note
que nos hemos pintado la cara con color
esperanza, porque saber que se quiere, poder que se puede. Feliz adviento.
Hasta la próxima
Paco Mira