Escribe Paco Mira:
NO ESTÁN LOS TIEMPOS PARA CIRUGÍAS. SÍ ESTÁN PARA ACOGER
En eso creo que
coincidimos muchos. Y no están para cirugías, porque creo que es mejor
continuar con lo de cada uno y no andar con remedios caseros o médicos y además
lo costoso que puede resultar pues no es conveniente. Por eso digo, que
cirugías las justas y necesarias y a lo mejor ninguna.
Pero también es cierto que aquello que nos sobra, aligera peso.
Y en eso podemos coincidir. Jesús, parece jugar este fin de semana a aligerar
peso, a librarnos de aquello que nos sobra, de lo que no nos sirve o no le
damos el uso adecuado, pues parece que nos invita a quitarlo de encima. Claro,
los ejemplos que pone, son de lo más necesarios: una mano, un pie, un ojo,
¡como me voy a quitar eso!.
Pero claro, en el pensamiento pastoral tiene otro sentido, probablemente no es un tema físico, sino
actitudinal. Una mano que sirve para ayudar, acariciar, abrazar, estrechar,
agarrar... y que no lo haga, vale más que nos las quitemos de encima; un pie
que nos hace caminar por sendas que no son las que corresponden, un pie que nos
hace tropezar en el camino que da la vida, un pie que sirve para poner
zancadillas a los demás.... vale más que no lo tengamos; un ojo que sirve para
mirar mal, con odio, con rencor, con desgana, fuera de contexto.... vale más
que no lo tengamos....
Hemos celebrado nuestra Señora de la Merced, la patrona de los
privados de libertad. La patrona de los que llamamos presos; la patrona de los
que decimos que están en el lugar adecuado porque se lo merecen y si no que no
lo hubieran hecho; la patrona de aquellos que no merece la pena que convivan
con nosotros. Es curioso como el evangelio de este fin de semana nos invita
precisamente a tender la mano, a caminar
- en la medida de lo posible - con ellos, a mirarlos con los ojos de
Dios.
En el Reino de los Cielos seguro que tienen una preferencia más
que los que nos creemos seguros de lo que estamos haciendo. Cortar una mano o
un pie, arrancarnos un ojo no está en el programa de Jesús de Nazaret, en su agenda
de amor hacia todos aquellos que decimos seguirle. Y cuando afirmamos que le
seguimos, en ello va incluido los migrantes, los privados de libertad, los que
han llegado en patera, los que no cuentan.
Ahora, el mes que viene, el Papa nos convoca a caminar juntos, a
ser sínodo. Y caminar juntos no es pegado, sino en la misma dirección, con
criterio claro a pesar de los errores y de las equivocaciones. El mensaje de
Jesús es para todo el mundo, no solamente los que vamos a misa. Cuando los
discípulos le dicen, que han mandado callar a los que expulsan demonios, es que
el mensaje también es para ellos y nosotros no somos quienes para decirles que
no lo hagan, porque también tienen derecho igual que nosotros.
Hay veces, en nuestras comunidades, que afirmamos con rotundidad
que quién es fulanito de tal para decir o
hacer tal cosa, como si el mensaje de la Palabra de Dios solamente se me
hubiese dado a mí, por eso Jesús se enfada y le contesta a los discípulos, que
no les prohíban expulsar demonios, es decir que no les prohíban anunciar su
mensaje.
Nos escandalizamos cuando otros lo hacen mejor que uno, o nos
dan lecciones de humildad y sencillez; o simplemente desde el silencio caminan
con otros porque en ese momento lo necesitan. Dichosos ellos porque irán delante
de nosotros.
No nos cortemos nada. Cirugías las justas. Pero reconduzcamos
nuestras actitudes en determinados aspectos. Miremos a La Palma con el corazón
limpio.
Hasta la próxima
Paco Mira