Escribe Paco Mira:
¿PREDICAMOS EN EL DESIERTO?
Ahora que se acaba de aprobar la nueva ley de
educación, (la Lomloe o la Ley Celaá - por la ministra que la impulsó - ) me
viene a la mente si realmente había o no que cambiar de ley, o si la nueva ley
nos hace más o menos educados. Pongo mis dudas encima de la mesa, al menos en
lo que a eso se refiere (seguro que también pongo mis dudas en otros tantos
artículos de la nueva ley). Hace ya muchos años, había una asignatura de
obligado cumplimiento y evaluación que se llamaba "urbanidad". Dicha asignatura lo único que pretendía era
enseñar cómo había que comportarse ante diversas circunstancias de la vida: en
una guagua, en el colegio, en la visita a una casa... Frases como, perdón, ¿nos
conocemos?, era una forma de entrar de comunicación y al mismo tiempo era una
forma educada de presentación. Claro, hoy podemos presentarnos de diferentes
maneras: Chacho, ¿quién eres?.
En la época de
Jesús, fueron mucho más claros. Le preguntan a Juan, Tú ¿quién eres? y él
responde que es la voz que clama en el desierto. Seguro que muchos de nosotros
pensamos casi lo mismo que Juan. Estamos predicando en el desierto, no nos
escucha nadie, no merece la pena continuar con esto, las iglesias se están
vaciando, ya los niños no van a las eucaristías de los domingos, solo quedan
los de siempre, aquellos de edad
avanzada.... parece que estamos predicando en el desierto.
Pero este domingo
es el domingo de la alegría. Por muchas desgracias que puedan ocurrir, por muy
angustiados que estemos en momentos de incertidumbre como los que estamos
viviendo, por no ver el futuro claro ante los acontecimientos... hay que
coincidir con el profeta Isaías que "
el Espíritu de Dios está en todos y cada uno de nosotros", que nos
tiene que llevar a anunciar con alegría la buena nueva a los pobres.
Ahí tenemos el
ejemplo de María, como nos lo recuerda el salmo. María acepta un proyecto,
María acepta una incertidumbre; María acepta sin saber muy bien lo qué, pero acepta
porque se fía. Por ello va, llena de alegría
a la montaña para compartir su alegría con su prima que le lleva a proclamar
que ha mirado la humillación de su esclava, de quien se pone al servicio, de
quien ama sin medida.
Está claro que no
es fácil, y por ello Pablo cuando le escribe su carta a la comunidad de
Tesalónica les dice cuales tienen que ser las características de la educación y
del compromiso con el evangelio: la alegría, la oración, la gratitud, ver
siempre el lado bueno de las personas y nunca las dobles intenciones de los
demás.
Por ello a
Juan le preguntan que qué dice de sí
mismo. Quizás a nosotros si nos preguntan lo que decimos de nosotros mismos
como cristianos sería curioso ver las respuestas que daríamos. Es más fácil que
nos apuntemos al pesimismo, a saber lo que no son las cosas que a saber lo
bueno y valioso de lo que tenemos. Tenemos un tesoro en vasijas de barro. Vamos
camino de Belén, y cuando vamos de caminata la ilusión del viaje es
maravilloso. Nosotros estamos en el fin de semana de la alegría, que se nos
note.
Por cierto, este
fin de semana es Santa Lucía. Mujer que a pesar de todas las dificultades
habidas y por haber ha sido capaz de mantener la alegría en aquel que lo puede
todo. Felicidades a todos los que luchan y trabajan con los invidentes y un
abrazo para ellos. Seguro que no predicamos en el desierto.
Hasta la próxima
Paco Mira