Escribe Paco Mira:
LA FAMILIA, PERO ¿QUÉ FAMILIA?
¡Quién no recuerda aquellas películas que encandilaban a tantos
como la gran familia o la familia y uno más. Eran familias que
marcaban el modelo a seguir, eran idílicas, eran emotivas, eran las que todos -
en aquella época - quisieran tener: padre trabajador, un número elevado de
hijos, no había casi peleas, una armonía maravillosa, la madre trabajadora y
los hijos mayores cuando esta no estaba, eran los que suplían el hueco que esta
dejaba.
Pero claro, la familia ha cambiado.
Incluso hasta la propia definición de familia. Hasta la composición de la
misma. Hasta familias monoparentales... ¡ay si los actores de aquellas
películas levantaran la cabeza!.
Este fin de semana se celebra el día de
la sagrada familia y me viene a la mente la familia de poca estabilidad, la que
quisiera ser tradicional y no puede, la que quisiera tener estabilidad y le
resulta imposible, la que quisiera ser el modelo para muchas generaciones y ya
no encaja. Me viene a la mente aquella familia de Nazaret que fue la primera de la nueva era en ser una
familia desplazada, una familia inmigrante en un país que seguro que no
conocían, ni siquiera el idioma... pero que les dio asilo y cobijo. Salieron de
su tierra por miedo; salieron por el azote de una dictadura como la de Herodes;
salieron por defender una integridad personal y de grupo familiar dejando atrás
amigos, cultura, familia, raíces....
Ya ven que se diferenciaron muy poco a
muchas, millones, de familias de hoy en día. Familias que también huyen;
familias que dejan atrás lo más preciado como son sus raíces y que cuando tocan
en la puerta de muchos lugares, les dicen que ya son bastantes y que no pueden
acoger a más; familias que cuando llegan a otros lugares, a veces, no lo pueden
hacer de una manera legal, puesto que si no los repatrían y los mandan de
vuelta; familias que tienen que oír que les van a quitar el trabajo a los
residentes en los lugares donde tocan a la puerta.
También es verdad que hay familias que
su sueño se ve truncado en el mar cuando el oleaje o la inmensidad del océano
engulle al ser humano. Familias que se ve truncado su sueño cuando se ven
involucrados en una red de prostitución, o de narcotráfico a cambio de una
realidad que nunca se va a cumplir, por incumplimiento de lo más básico y
elemental.
¡Qué gran ejemplo el de José y el de
María!. Su silencio fue siempre la bandera que llevaron a donde fueron para que
ondeara siempre como ejemplo de honestidad y buen hacer. José y María no
escaparon a los vaivenes de quienes - seguramente - especulaban sobre su
presencia en tierra extranjera y seguro que en algún momento no eran bien
recibidos y hasta me atrevería a decir que rechazados.
Atrás queda la gran familia. El cine se encargó de manifestar un idilio que se
nos antoja escaso en nuestros días. El Vaticano definió a la familia como una comunidad de amor. Un amor que
experimenta lo que es compartir la vida, desde el amor, para generar vida en el
amor. José y María también lo experimentaron. No entendieron el por qué a
ellos, pero asumieron un proyecto porque venía de Dios. Un amor que generó
escuela durante muchos años.
Ojalá todas o muchas familias,
experimentaran el plan de Dios en sus vidas. Ojalá muchas familias levanten la
copa la semana que viene para que brinden por una familia estructurada y no al
contrario. Ojalá que todas o muchas familias, desde la vida de Dios en la
humildad de un niño nacido en un pesebre, sean capaces de descubrir la grandeza
del Amor compartido en pareja y para la familia. Solo así seríamos capaces -
como la película - de decir la gran
familia. Seríamos capaces de responder a la pregunta con la que iniciaba
estas letras, Familia, pero ¿qué familia?
FELIZ AÑO y Hasta la próxima