Escribe Paco Mira:
LOS PASTORES TAMBIÉN TIENEN
NOMBRE: POR EJEMPLO ISIDORO
Antes de nada quiero compartir con ustedes
algo. En mi blog de la semana pasada, hice una generalidad que no era mi
intención el hacerla. Comentaba entonces, que "muchas madres deambulaban por residencias sin que ni siquiera
recibieran una mínima visita". Lógicamente quiero manifestar que no
son la mayoría ni todas, sino que algunas, por desgracia, viven esa situación.
Si alguien interpretó la generalidad como normal, piense que no era mi intención.
Dicho queda y que nadie se sienta molesto por ello.
Isidoro Sánchez López en la casa parroquial de Cruce de Arinaga |
En este fin de semana, volvemos a lo
cotidiano, a lo que normalmente está sucediendo o estamos viviendo y eso nos lo
deja ver el evangelio de este fin de semana. Incluso, dentro de la Iglesia creo
que estamos viviendo uno de los peores momentos y no por ello soy el más
pesimista de todos: el escándalo del abuso de menores, la rivalidad entre
progresistas y conservadores, etc.. son algunos de los ejemplos. Y creo que
ante esto podemos optar por varias opciones: Una pasar de puntillas y mirar hacia otro lado y no ver los
campos sembrados de mucho dolor; otra sería justificar lo que está pasando
evadiendo nuestra responsabilidad y la tercera sería asumir con humildad que
algo no va bien, pedir perdón, ofrecer alternativas y reparar el daño.
Ser funcionarios de lo sagrado ya se ha
acabado. Probablemente la historia de los púlpitos se ha quedado en eso, en
historia y ahora nos toca una actitud misionera de acompañar a personas en su
proceso personal. Sin duda demanda un esfuerzo personal grande y es hora de
coger la mochila, salir a la calle y buscar el espacio del encuentro con
aquella persona que no viene, sino que nosotros vamos. Por eso el evangelio nos
va a decir: "yo conozco a mis
ovejas". La vida de los demás es tierra sagrada y por ello hemos de ir
con los pies descalzos. Y eso lo hacen muchos sacerdotes y seglares
Quizás tendríamos que preguntarnos por
qué la palabra de Dios cada vez llega menos. Probablemente es que esa palabra
de Dios la adornamos con nuestras propias palabras y no dejamos que sea el
propio Jesús el que hable por nuestra boca o gestos. Nuestra palabra tiene que
estar al servicio de la palabra de Dios. Una palabra que tiene que desencadenar
un proceso de conversión. Si eso sucede, es que "mis ovejas escuchan mi voz".
Invitar a seguir a Jesús, a ser su
amigo, es el mejor programa electoral, ahora que volvemos a tener elecciones, que le podemos ofrecer a la humanidad. No es
un adoctrinamiento de tiempos pretéritos con pérdida de libertad, sino que es
recorrer un camino que lleva a la verdad, al amor, a la justicia, a la
solidaridad. Ser discípulo de Jesús exige una opción valiente por causas justas
y que al mismo tiempo es denuncia de aquello que viola el proyecto de Dios en
cada ser humano. Por ello el evangelio nos dice " y ellas me siguen y yo les doy la vida"
Muchos son los nombres que se pueden
añadir a la lista de los que cumplen el evangelio, pero si me lo permiten, este
fin de semana me quiero acordar de Isidoro Sánchez. Está de cumpleaños, ya son
cincuenta dedicado al pastoreo de quien hizo propio este evangelio de este fin
de semana. Un hombre que es capaz que por Jesús dar el testimonio de su vida
sin palabras. Es capaz de hacer presente que la pascua es realidad en la vida
de muchas personas que entregan su vida en favor de otros.
He de decir que Isidoro fue la llave de
mi llegada a esta tierra hace treinta años. Gracias amigo por la fe, por el
ejemplo, por la sinceridad, por el testimonio... cosas que escasean hoy en día igual
que las ovejas del rebaño de nuestro Padre
Feliz
Pascua
Hasta la próxima
Paco Mira