Escribe Paco Mira:
PUES.... SE CUMPLIÓ. AHORA TOCA TRABAJAR
Si
se acuerdan, la semana pasada les decía que políticamente las horas estaban
contadas para algunos de los que estaban haciendo dudar a la ciudadanía sobre
el futuro. Pues se ha cumplido. Cuando yo había mandado estas letras para su
publicación, nos daban una fecha para que todos vayamos a las urnas. Ojalá, y
ya hablaremos de ello, que todos lo hagamos con la libertad de conciencia que
tiene que caracterizarnos a la hora de escoger a quien queremos que nos gobierne.
Digo esto - y no quiero entrar en política - porque este
fin de semana se nos habla de quién es nuestro modelo. Quien es el modelo por
el que regimos nuestra vida. Probablemente de pequeños todos teníamos un modelo
de identificación y seguramente ahora también: policía, bombero, el gran
futbolista que encandila a todos.... es curioso que todos los modelos que
escogemos, son modelos de acción, de movimiento... nadie escoge como modelo de
identificación un taxista, un peón de albañil, un pastor, una ama de casa o
un/a enfermero - con todos los respetos del mundo para ellos -
El modelo de identificación de esta
semana, es curioso, que dice que hay que presentar la otra mejilla al que nos
abofetea, amar al enemigo, probablemente al que nos debe un montón de dinero;
que hay que amar a aquel inquilino que por el motivo que fuera no nos puede
pagar el alquiler de este mes...¡ qué fácil - dice - es aplaudir al que nos
cuelga una medalla del cuello!. Creo que a eso nos apuntamos todos. Todos
necesitamos que nos reconozcan los méritos y si no lo hacen, seguro que
nosotros lo recordamos.
Me gustaría que los banqueros oyeran que
hay que prestar sin pensar en recibir una remuneración a cambio por lo
prestado. Me gustaría que el jefe de la fábrica, pensara que quien no va al
trabajo por un motivo justificado no es para aplicarle la ley que dice que por
ausencia a su puesto de trabajo tengo que despedirlo, sin darme cuenta que
probablemente haya una familia detrás con una problemática y situación concreta
y lo único que consigue es precisamente el derramamiento de lágrimas injustas;
me gustaría que el esposo, el padre... amara sin medida a todos y cada uno de
los que ha decidido que formen parte de su comunidad de amor que llamamos
familia; Me gustaría que el estado acogiese con un corazón infinito a todos
aquellos que huyen de la miseria y sueñan - porque es un derecho que todos
tenemos - con una vida mejor y que
probablemente nosotros podemos ayudarles.
Nadie tiene el derecho a juzgar a nadie.
Somos muy dados a las etiquetas y nos olvidamos que todo el mundo es inocente
mientras no se demuestre lo contrario. Somos muy dados a señalar con el dedo a
quien - principalmente - no nos cae bien, ¡qué fácil es eso!; Qué fácil es,
cual alumnos de colegio de infantil, decir que fue otro el que hizo lo que
nosotros no somos capaces de reconocer.
Un domingo más se nos pone el dedo en la
llaga. Un domingo más se nos invita a mirarnos en el espejo de nuestra vida. Un
domingo más se nos invita a reconocernos en ese mensaje de buena noticia que
decimos que somos capaces de llevar a la práctica. Me da la impresión que
todavía estamos muy lejos de perdonar al enemigo o de poner la otra mejilla o
de no juzgar a nadie. ¡Pues anda que no nos queda nada!
Hasta la próxima
Paco Mira