CRITERIOS PARA LEER BIEN EN MISA
-No
todo el mundo vale para leer en público. Por eso no se es mejor, ni
peor. Tampoco todos valemos para cantar.
- Es bueno que haya variedad de lectores. Que no seamos siempre los
mismos.
-Ser lector es un servicio a la
comunidad. Pero no un derecho ni un privilegio de nadie. Debemos facilitar que sean muchos los que participen. Los encargados de liturgia tienen como misión
fundamental preparar la celebración y que cada vez más personas se impliquen en
esta tarea.
-No se puede ir a leer si haber
repasado antes la lectura (para que después no andemos buscando la página o nos trabemos
cuando dice, por ejemplo tesalonicenses o impíos o Melquisedec)
-No es necesario hacer inclinaciones de cabeza. Y si se hace, que
sea muy moderada y hacia el ALTAR.
-Lo primero, colocar el micrófono dirigido hacia la BOCA, no a la
frente.
- Hay que leer MUY DESPACIO. Vale más pecar de despacio
que no con prisas. En los puntos hay que hacer una PAUSA, Que se note.
-Hay que vocalizar. A veces el que lee el salmo
lo hace tan rápido y
sin vocalizar que la gente no sabe qué responder.
No marcharse del ambón hasta que el pueblo no haya respondido “Te
alabamos, Señor”.
-Animarnos a colaborar para que el pueblo
responda adecuadamente y despacio. Por ejemplo “El Señor reciba
de tus manos…” ¡despacito! Las respuestas en el evangelio son distintas. Cuando el
sacerdote antes del evangelio dice lectura del santo evangelio… respondimos.
GLORIA A TI, SEÑOR! Al final, después de Palabra del señor se responde GLORIA A
TI, SEÑOR JESÚS.
-El salmista puede iniciar la respuesta. Pero haciendo antes una
pausa.
-El que lee la ORACIÓN DE LOS FIELES debe estar ante el micrófono
desde que el sacerdote empieza la invitación a rezar. No esperar a que el sacerdote acabe para acercarse. Y cuando termina las
peticiones tiene
que esperarse hasta que el sacerdote concluya la oración. También en la
oración de los fieles hay que hacer pausas en los puntos y leer muy despacio.
Si no, no sabemos qué le estamos pidiendo a Dios.
-Para poder leer bien tenemos que COMPRENDER lo que leemos. Y estar convencidos de que es la Palabra de Dios.
Y aplicársela a uno mismo.
asistentes
a la reunión.