Escribe Paco Mira:
BAUTISMO: RETO AL COMPROMISO
Todavía me acuerdo, por los años claro está, cuando uno no se
hacía demasiadas preguntas sobre ciertos temas que daba por hechos. Todos
teníamos que estudiar porque así era el sistema establecido; todos tenían que
ir al cuartel porque nos hacíamos unos hombres y porque había que cumplir con
la patria, había que ser educados en la vida, ni una palabra más alta que la
otra porque el sistema nos decía que eso en el fondo nos definía. Y oiga, ¡en
algunos casos no estaba mal!.

Hace años, la primera salida a la calle
que hacía la madre que había dado a luz, era a la Iglesia para bautizar al
retoño/a. Incluso si no lo hacía sería la comidilla de todo el barrio, pueblo,
familia... e incluso se podría decir que hasta si se bautizaba parece que el
chiquillo hasta cambiaba de color. Pero hoy en día todo eso, también ha
desaparecido. Parece que hoy incluso quien se borra de los libros de bautismo,
es un acto de heroicidad, de consecuencia personal y con la sociedad, de
coherencia con conciencias "progresistas", etc...
Pues les voy a decir que: para ver lo
que hay que ver, vale más que no se bautice la gente. Titulo esta carta con que
el bautismo tiene que ser un reto al compromiso. Al compromiso con mi fe, al
compromiso desde mi fe con el ambiente en el que me muevo, al compromiso desde
el ambiente en el que me muevo con un testimonio que tiene que ser
ejemplarizante con aquellos con los que me rodeo y me rodean.
Hoy creo que no estamos siendo
comprometidos con nuestro bautismo. Hoy, a aquellos que en su momento nos
echaron agua y que nuestros padres se comprometieron a educarnos en el seno de
la fe la Iglesia, no estamos siendo responsables con ese compromiso que ellos
adquirieron con nosotros. Nos da vergüenza anunciar que "este es mi Hijo amado, escúchenlo". Hoy, muchos de los
que nos hemos bautizado nos conformamos con un testimonio de cumplimiento: mi
misita, mis oraciones particulares, mi cumplimiento en alguna actividad
parroquial... pero lejos de la denuncia social, del compromiso con los más
pobres, ….
¡Me estoy imaginando la cara de Juan,
cuando en la cola de “los pecadores, de los que quieren arrepentirse” ve
la figura – probablemente nada esbelta – de Jesús de Nazaret, aquel a quien él
no era digno de desatarle la correa de las sandalias!. ¡Cuántas sandalias
tendríamos que desatar nosotros en el mundo en el que vivimos: cuantas
situaciones, cuantos momentos, cuantas soledades, cuantas, cuantas, cuantas…..!
Hoy que tanto se nos habla de la
conversión pastoral; hoy que tanto se nos habla de cambiar paradigmas, a raíz
de nuestro bautismo, ¿tenemos que cambiar en algo?. No seamos conformistas, no
nos quejemos por hacerlo como siempre; que se nos note que nos dice algo un tal
JESÚS DE NAZARET
Hasta la próxima
Paco Mira