Escribe Paco Mira:


EL GRAN JOSÉ DE LA HISTORIA


 

          Hemos visto como a lo largo del adviento hemos recordado a unos cuantos personajes que nos han ayudado a recorrer este camino para llegar a la Navidad. Hemos visto a Juan, hemos visto a María... hoy le toca el turno a José. Un hombre del que en la Biblia no se habla mucho, pero que además no entiende nada: espera un hijo que no es suyo y hace lo que haría cualquier hombre en su lugar: desistir, abandonar, huir de los problemas... no quiere saber nada y eso que era una buena persona... Pero Dios le piede algo más que ser una buena persona... Pide ser creyente, creer en él.

          Ante el desconcierto de José, Dios le pide tres cosas: confiar en Dios (en un sueño), hacer lo que debe hacer (cuidar de María y de su hijo) y no tener miedo. Nada más y nada menos. Es lo mismo que le pide a María..

          Y cuando José despierta no grita, no ignora el sueño com si fuera una pesadilla, no protesta, no se pone a discutir... Acepta lo que viene. Y es que en la Navidad parece que todo el mérito se lo lleva María, cuando vemos que José es también un actor principal. Viendo a José, muchas veces nos vemos reflejados en él. Nosotros, cuando las cosas no nos salen como nosotros queremos, nos ponemos a protestar, a quejarnos, a decir barbaridades.....José nos enseña el valor del silenciio, de la fe, de la aceptación de las cosas como son.

          La acttud de José, me enseña que la Navidad es un sueño que puede hacerse realidad si yo cumplo mi parte; la navidad es una decisión silenciosa, ya que José no dice nada, simplemente hace caso a Dios; la Navidad es también una aparente confusión de metas, ya que José quería casarse con María y decide abandonarla hasta el sueño; Navidad es aceptar que Dios sabe lo que hace, por mucho que yo crea que debería de hacerlo de otra manera.

          A nosotros nos toca acoger y aceptar el regalo que es Dios en medio de nuestras casas y de nuestras cosas, hacer lo posible para que esté presente en medio de la vida de las personas que están cerca de nosotros y de aquellas a las que cada uno nos acercamos para hacer posible que vivamos con dignidad y que sientan gratamente que forman parte de nuestra comunidad y que compartimos lo que somos y tenemos cada uno. Además hacemos posible que nadie nos sintamos ajenos a los gozos y esperanzas de las personas de nuestro tiempo y de nuestro espacio.

          Mucho tenemos que aprender del bueno de José, del carpintero, del que siempre estuvo metido en la biruta y con las herramientas en la mano;  el silencio de un hombre que seguro que como tal fue respetado y admirado por los vecinos. María no pudo haber conseguido mejor pareja y Dios seguro que no encontró otro padrre mejor para su hijo.

          El verbo ‘obedecer’ deriva del latín y está compuesto del prefijo «ob» (hacia) y «audire» (oír). Su sentido original es ‘saber escuchar’, y más tarde fue derivando hacia ‘cumplir una orden’ o ‘hacer caso’.Ojalá que todos tengamos la valentía de saber escuchar; de saber aceptar aquello que no entendemos; de saber decir que sí a Dios aún no entendiendo el por qué.