Desde pequeña, Marta había soñado con ser misionera. Pero según fue creciendo, la ilusión se iba evaporando. El trabajo, los estudios, y las tareas familiares, la fueron convenciendo de que ya eso no sería posible. Y se conformó con vivir el día a día intentando ser una buena cristiana. Pero nada más.
Un día, en su parroquia, la invitaron
a participar en el grupo de
Solidaridad. En el grupo se empezó a
reflexionar sobre la situación en los países empobrecidos y a tener contacto, a
través de cartas, con misioneros y misioneras.
Se organizaron mercadillos y festivales
para ayudar e algunas situaciones
que se vivían en Centroamérica. Marta, se sentía muy contenta.
Pero en cierta ocasión, el
párroco propuso al grupo hacer una
experiencia misionera durante el verano. Marta no dudó en apuntarse. Las
preguntas vinieron después. ¿A dónde iremos, cuanto costará la experiencia, con
qué personas estaremos, qué haremos allá?
Las respuestas también llegaron
pronto. Irán a Guatemala. En una misión en un poblado bastante lejos de la
capital. Hay que pagar el billete de avión… y colaborar económicamente con la
alimentación. Habrá que ahorrar,
buscar formas de reunir el dinero
necesario, vacunarse, y reunirse para
conocer el lugar, y prepararse psicológica y espiritualmente para estar un mes ayudando en lo que haga
falta.
Marta convivió un mes en Guatemala
con personas acogedoras, con mosquitos que hacían mucho daño en la piel , con sed insaciable mientras en una lancha
navegaba por ríos contaminados y
cocodrilos a cada lado.
Marta experimentó lo que significa
echar una mano en una aldea donde el hambre
se combatía sólo con caldo de gallina y fruta. Y cada noche, se reunía el grupo para rezar
juntos, revisar el día y animarse a
partir mañana de madrugada a otra
aldea a cinco horas de camino.
Marta perdió unos cuantos kilos y
ganó kilos de fe, y de alegría.
Al regreso no se cansaba de decir:
Han sido
los días más felices de mi vida. Me he
sentido y soy misionera. Y era evidente
el gozo que brotaba de sus palabras. Por lo que hizo y porque después de
aquella experiencia sigue siendo
misionera.
ENLACE PARA ESCUCHAR LA REFLEXIÓN DEL PÁRROCO DE
INGENIO Y CARRIZAL, EN RADIO 10 INGENIO
https://go.ivoox.com/rf/134983887
https://youtu.be/mqYuFDKjuas?si=8bWZteE_5CmnOvDf
CANCIÓN ALMA MISIONERA de la hermana Glenda
https://youtu.be/MhSQjqQ5WLk?si=ztFHX3PWcGiay62-