REFLEXIÓN
DEL PÁRROCO
EL
DOMINGO
Hace unos días escuché una vieja canción
que cantaba Gigliola Cinquetti y ganó un festival de Eurovisión:
Cuando iba el domingo a misa, Mis galanes conmigo vinieron, Y mis padres
que me sorprendieron, A monjita me quieren meter, ¡Ay, sí, sí! ¡Ay, no, no! A
monjita me quieren meter
Fue casualidad pero es que llevo días pensando en lo que significa el domingo. Estamos en tiempo de Pascua
y todos sabemos que la palabra domingo significa “Dia del Señor”. Pero el
domingo tiene muchas connotaciones, todas muy bonitas.
Día para descansar, para dormir, para la familia, para los amigos, para
pasear, para la playa, para el campo y la Naturaleza, para caminar, para
correr, para jugar, para ver la tele, para el cine. Y para la misa, también
para la misa que es el Día del Señor. Como la joven italiana Gigliola que iba a misa con sus pretendientes.
Cada cual según sus necesidades, sus gustos y sus ideas dedica el domingo a lo que le
apetece, a lo que le llena.
Decimos que el domingo es el Día del Señor porque ese fue el día en que
Cristo resucitó. Y desde el principio, los primeros seguidores de Jesús
empezaron a celebrar no el aniversario de su muerte, sino el aniversario de su resurrección. Y no una vez al año sino una vez a la semana, el
Domingo.
Los seguidores de Jesús seguimos celebrando la Resurrección de Jesús Cada
domingo. Y no sólo con la misa. El domingo cristiano es también lo que decíamos
antes: dormir, descansar, la familia, la playa y tantas cosas que convierten
este día de la semana en fiesta, en liturgia, en algo diferente, algo que se
espera, algo que ilusiona
Los curas tenemos una
responsabilidad importante. Poner de nuestra parte para que las misas no sean
un tostón, un aburrimiento. Que sea día también para dormir pero NO para que
durmamos a la gente con nuestros rollos
llamados homilías.
El domingo con una misa participada, con cantos que eleven el espíritu, que
animen nos acercará mucho más a lo que celebramos que no es la muerte sino la
vida, la resurrección. Pero bueno, no es sólo responsabilidad del cura sino de
toda la comunidad.
El domingo es fiesta y la misa tiene que parecerse cada vez más a una
fiesta.
Les voy a proponer dos cosas. Primero, Que si son de los que participan en
la misa, vayan con ganas de fiesta. Y segundo, que sean críticos con nuestras
celebraciones. Nos ayudarán a mejorar.
Les invito a escuchar y si es posible, cantar con este grupo de los
salesianos el canto de entrada de su misa Joven. “Ven a la fiesta”. Creo que
recoge el verdadero sentido del domingo.
Dice la canción
“Ven a la fiesta
Es el momento de rezar y de cantar
Hoy celebramos
Que en nuestras vidas Dios viviendo siempre está”.
Esta no la canta Gigliola Cinquetti . Pero la podemos cantar nosotros. La
escuchamos. Suso Vega