Escribe Paco Mira:
POLÍTICOS, FELIGRESES Y AULAS
Cada vez tengo mayor convicción de que el
ser humano, es un ser que cuantos más palos se le dan, más se acostumbra a
ellos y los asume y asimila como una terapia de la vida. El ser humano es el único
capaz de convencerse de lo mismo y de lo contrario al mismo tiempo. Yo tenía un
primo, que su padre vendía la misma gallina dos veces y a distintos
compradores. Ojo: ¡eso no lo hace cualquiera!. Y quiero creer que los humanos
de a pie somos los únicos que creemos que los políticos nos pueden vender dos
veces la gallina, a distinto precio, y creemos que son justos. Como humano,
pido perdón.
Siempre lo dije y sigo insistiendo en ello:
debemos hacer una ley de educación que se pueda mantener en el tiempo. Lo que
no podemos hacer es que cada vez que haya un cambio de gobierno, tengamos una
ley nueva de educación que desdiga la anterior, incluso sin respetar lo bueno
que la anterior pueda tener: solo por el hecho de no ser del mismo color político.
El curso que viene vuelve a haber una
nueva ley de educación, la LOMLOE. Una ley que deja mucho que desear para
muchos y quizás para unos cuantos sea una buena ley. Yo personalmente tengo mis
dudas.
Quiero creer que los políticos son los
mejores en su puesto. Quiero creer que cuando una ley se aprueba es porque ha
habido un debate amplio y consensuado para que las leyes sean las mejores para
la ciudadanía. Quiero creer que los políticos, porque para ellos han sido elegidos,
siempre miran por el pueblo, para el pueblo y con el pueblo. Son los representantes
de la mayoría que la democracia ha querido. Pero, perdonen, pero sigo teniendo mis
dudas.
Uno de los puntos que mayor
controversia ha levantado, es (como siempre) la asignatura de religión: evaluable
o no; optativa o no; que tenga una alternativa o no, etc… como siempre, la
religión (igual que el jefe Jesús) está en el candelero, parece que hace daño,
parece que estorba… y con la nueva ley de educación pasa algo parecido.
Los políticos parece que desoyen que el
60% de los padres han elegido, hasta ahora, para sus hijos la asignatura de
religión. La religión es la asignatura más democrática que existe. Es la única que
se elige y se marca con una casilla. ¿Qué pasaría si en lengua o matemáticas tuvieran
que marcar una casilla para escogerla o no? y da la casualidad que son las
asignaturas que mayor carga horaria tienen. Ojo, no me parece mal.
Pero lo mismo que hablo de los políticos,
hablo de los feligreses. Todos nosotros nos quejamos de la ausencia de la gente
joven en nuestra pastoral. Creo que nuestro convencimiento pascual nos tiene
que llevar a decir una palabra en estos momentos. Nuestra fe en el resucitado
nos tiene que llevar a no decaer ni a escondernos en alcantarillas que algunos
quieren que visitemos. Nuestra voz, nuestro apuntar a nuestros hijos en clase
de religión, pero no por nada, sino por convencimiento tiene que ser no del 60%
sino más todavía. Mientras nosotros dejemos que el silencio sea nuestra compañía,
nunca podremos quejarnos.
Sí me quejaría yo, si alguno/a de los/las
que están trabajando en nuestra querida Consejería de Educación, fuera
parroquialmente educadores/as en la fe de sus hijos y desde su trabajo no dan el
testimonio que se supone que tenemos que tener. La congruencia de Jesús - ¿la
nuestra? – le llevó al desprecio de quien le aclamó en su momento. La política
es efímera, la fe es eterna.
Y en las aulas, los currantes de campo.
Aquellos que han comenzado vocacionalmente y se les ha profesionalizado pero
sin perder la vocación: ¡bendita profesión!. Algunos llevan más de 30 años
anunciando que “Cristo vive, que es la luz y el camino” , contrastándolo
con el saber racional que nos hace crecer como personas y en nuestra relación con
los demás.
Menos mal, que como dice el evangelio
de este fin de semana, Dios conoce sus ovejas y estas conocen al pastor.
No seamos cobardes, no “tengamos las
puertas cerradas por miedo”, digamos sí a la enseñanza de religión en lo público;
defendamos la libertad de elección; no dejemos que se vulneren derechos
adquiridos y estatalmente reconocidos, pero que autonómicamente parecen estar
lejos.
Feliz Pascua
Hasta la próxima
Paco Mira