Escribe Paco Mira

FELICIDADES, PACO LÓPEZ

 

Que los caminos del Señor son inescrutables, eso no lo niega nadie, o que escribe derecho en renglones torcidos, eso tampoco. Que marca el devenir de la historia y además hace historia, como el camino que hace el caminante al andar, tampoco lo niega nadie. Pues todo eso y más se cumple en la persona a la que hoy le quiero dedicar mis letras.

Este fin de semana se va a hacer historia en nuestra Diócesis. Este fin de semana se va a hacer realidad lo que muchos pensaban que nunca se daría. Este fin de semana, lo que el IX Sínodo Diocesano de 1992 ya había barruntado, se va hacer realidad. Este fin de semana se ordenará por primera vez en nuestra Diócesis un diácono permanente.

Muchos se preguntarán del por qué de este estupor, simplemente habrá que decir que mientras que en otras diócesis se ve con una normalidad absoluta la figura del diácono permanente, aquí parecía estar muy lejana y no se contemplaba. Por fin, los sueños dejaron de ser tales y se convirtieron en realidad. Un diácono permanente es una persona casada que, sin dejar de estarlo, es ordenado por el sr. Obispo para el servicio de la Iglesia.

Felicidades Paco. Eres el primero y serás el primero en escribir en el libro de la historia de nuestra Diócesis. Felicidades por decir que sí a un proyecto ilusionante en el que crees y en el que creen muchos y por eso han confiado en ti, casi como María, la de Nazaret. Felicidades por decir que sí al servicio y de una manera pública y oficial en un momento en que el silbido de las balas parece ser la sinfonía de la vida. Felicidades por dedicarte a los demás desde diferentes campos: enseñanza, delegaciones, investigación teológica, acompañamiento en estudios…

Quizás sea significativa la fecha: primer domingo de cuaresma, donde el evangelio de este finde nos lleva, con Jesús, al desierto. Es bueno encontrarnos con nosotros mismos, en la sinceridad, en la pequeñez, en la humildad, en la entrega generosa, … y creo que todo eso lo tienes.

Es curioso que ha habido personas en la historia que nos han precedido y que tienen el mismo nombre que tú: Francisco. Que me permita el de Asís, al que admiro profundamente por reminiscencias del pasado, decirte “Loado seas mi Señor, por aquellos que desinteresadamente entregan su vida a los demás. Ayúdalos y protégelos en los avatares de la vida”. Otro de los grandes, de nuestro tiempo, el Papa Francisco, a él cuando le eligieron Papa, el cardenal Newman, le dijo: “Felicidades, pero no te olvides de los pobres”. Ojalá, Paco, que también sea una máxima en este maravilloso servicio a los demás.

Déjame que felicite a Rocío, tu mujer y a tus hijas. El paso que vas a dar ha sido, sin duda, una reflexión en familia. Una reflexión que desde la convivencia y el amor que se profesan les ha llevado a decir que sí. Ellas te apoyan y te apoyarán. El servicio, desde la familia, es un testimonio de proyecto evangélico.

Quisiera terminar con las palabras que Pablo le dirige este fin de semana a la comunidad de Roma y que probablemente te puedan servir: “Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y que tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Nadie que cree en él, quedará defraudado”.

Felicidades Paco. Animo y adelante.

 

         Hasta la próxima

         Paco Mira