Escribe Paco Mira:
DE REYES Y EL
BAUTISMO= ¿BIOGRAFÍA, AUTOBIOGRAFÍA, DIARIO?
El día 6, el día de la ilusión infantil y senior (para qué negarlo),
la LUZ alumbró a los de lejos, a los extranjeros ya que no hace mucho se nos
recordaba que la luz vino a los suyos, a
los de aquí, y estos no lo recibieron". Los Magos acudieron a la
manifestación de Dios; sin dudarlo se pusieron en marcha, en camino y no
pararon hasta encontrarlo tal y cómo los profetas lo habían anunciado: en la
fragilidad, en la humildad, de un niño. No atendieron a otras ofertas (Herodes,
por ejemplo) que en su tiempo se daba: vieron, creyeron y continuaron
anunciando lo que habían visto y oído. ¡Qué fácil les resultó y qué difícil nos
resulta!
Yo me imagino que todos sabemos lo que es una Biografía o
autobiografía. Es decir: alguien que escribe sobre nosotros o que nosotros
escribimos sobre nosotros mismos. No crean que es fácil, ¡hagan la prueba!. Y
no es fácil porque ser objetivo con uno mismo, me resulta harto complicado.
Hablar con sinceridad, reconocer nuestros errores, saber que hemos metido la
pata y encima escribirlo y publicarlo, pues ya ven.
Quizás si lo escribe otro (biografía) puede resultar más
llevadero, pero escribirlo uno mismo (autobiografía), es más complicado. Hace
un tiempo se puso de moda, incluso yo mismo llegué a hacerlo, el escribir un
diario. Ir apuntando todos los días aquellos acontecimientos más importantes
que nos iban sucediendo, con anécdotas, con chistes.... Pero también sigue
siendo complicado, porque uno intenta justificar (injustificadamente) su propia
vida.
Este fin de semana celebramos el Bautismo del Señor. Celebramos
nuestra biografía cristiana o nuestra autobiografía. Si los demás tienen que
escribir nuestra biografía cristiana ¿qué dirían de nosotros?; si nosotros
tenemos que escribir nuestra propia biografía cristiana, ¿qué diremos de
nosotros mismos?. Muchos seguimos siendo fieles a lo que Juan dijo vino a los suyos y estos no le recibieron.
Nuestro Bautismo es la realidad fiel ante el mundo de la Natividad de Jesús.
Las palabras se las lleva el viento, pero las obras son las que quedan y las
que marcan la pauta ante nosotros y ante los demás.
El Bautismo, nuestra renovación bautismal, es un momento
maravilloso para poner ante el altar, ante los demás y ante nosotros mismos
nuestra realidad cristiana. Nuestra realidad de compromiso especialmente con
los más pobres y necesitados. Nuestra realidad con una Palabra que se hizo
carne y acampó entre nosotros. ¿No la notamos?. Parece ser que no mucho.
Pero quiero ser optimista, entre otras cosas, porque lo soy por
naturaleza. La semana pasada compartía con ustedes que sí se puede y lo sigo creyendo. Podemos todavía aportar un granito
de testimonio bautismal; podemos servir de semilla evangélica empezando por los
más cercanos, por la familia. Podemos decir con voz alta, como Juan, no somos nosotros, pero detrás viene uno que
no bautiza con agua y al que no podemos desatarle las correas de las sandalias.
Muchos nos hemos quedado en el bautismo de agua, en la época de
Juan, no hemos visto pasar al que bautiza en el Espíritu. Amigos, empecemos de
nuevo, siempre hay una segunda oportunidad.
Hasta la próxima
Paco Mira