DIARIO DE UN CURA:

Las chicas no son guerreras. Los chicos tampoco.

Esta mañana encendí la radio, no sé qué emisora, y sonó la canción:

“Las chicas tienen algo especial, Las chicas son guerreras…”
         Pero no es así. Lo normal es que, a pesar de esa vieja canción, los chicos y chicas estén en contra de la guerra y de la violencia. Puede haber momentos  en los que cualquiera pierde el control  y se llena de ira. Pero no, las chicas no son guerreras. Ni los chicos tampoco.

No tiene sentido buscar la solución a ningún problema político o familiar  con métodos violentos.  Y, sin embargo, ahora mismo, enero de 2022,  algunos políticos están dispuestos a sacrificar lo más importante, la vida de otros, no la suya, por defender unas ideas o unos intereses propios.

Me gustó esta frase que me envió Paco: “La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian, se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan” (Erich Hartman).

Llevo varios días en los que, en mi oración,  recuerdo a Ucrania, a los jóvenes de allí o de cualquier otro lugar  que no merecen que nadie les mande a matar. A los jóvenes hay que enviarlos a hacer el bien, a ayudar, a colaborar.

 Fabián, un chico de Ingenio que ahora estudia en Tenerife  me comentaba que está en contra de toda guerra y la importancia de evitarla con el  diálogo y una actitud tolerante. Todos hemos sido violentos alguna vez, me recuerda.  Y la medicina  para evitarla debe ser la calma, el respeto, la empatía , en resumen la verdadera humanidad.  

Algo así me contaba también Verónica. Y me preguntaba en un correo  si había alguna institución en donde pudiera  dedicar algún tiempo de su  vida a sembrar el valor de la paz y la concordia. Me hablaba de ser misionera o cooperante con alguna ONG de ayuda humanitaria.

-Claro que sí que las hay, le respondí. Y le animé a empezar ya en cualquiera de los colectivos  que hay en nuestras islas  y en las parroquias donde se intenta trabajar por la igualdad y por el respeto a todas las personas.

Verónica no es guerrera. Tampoco lo es Fabián. Ni Inma, ni Hermi, ni Fran, ni Juan Jesús.  Ni Loly, ni Carlos, ni Candela, ni Dámaso, ni Lourdes, ni Pepe, ni Toñi, ni Isa.  Ni Fefi, ni Sergio, ni Luis.  

Qué suerte. Las chicas no son guerreras. Ni los chicos tampoco.