Escribe Paco Mira:

TODOS SOMOS PALMEROS



 Ante la situación del volcán de La Palma, creo que no somos palmeros en sentido de "pelotas" de otros. Somos palmeros de corazón de hermano hacia quien lo está pasando mal. Hoy quiero compartir una reflexión no mía, sino de Pedro Miguel Lamet, que es sacerdote y periodista. Espero que nos ayude a todos.

«El ser humano, a pesar de los logros alcanzados en la ciencia y la tecnología, sigue siendo un pequeño insecto en medio del Cosmos, impotente ante estos fenómenos naturales como un volcán. ¿Por qué nos lo hemos creído y hay un orgullo posmoderno absurdo?. Miro las hormigas y aprendo.

El orden cósmico nos supera. Este volcán es como una cerilla que ilumina mi mente para saltar al universo y decirme: sube más allá y acepta una cosmovisión que rompe con tus criterios de tiempo y del espacio.

Construimos fábricas, casas, graneros, propiedades. Nos llamamos dueños del futuro. Y en un santiamén "como un ladrón", en este caso, la naturaleza se lo lleva todo, ¿dónde he puesto mi corazón?.

La vida humana es más importante que toda posesión material. Pro aun esta siempre está en riesgo. ¿Tenemos conciencia de que formamos parte de un todo y que el devenir de nuestra vida temporal tiene un término y una continuidad distinta?.

Los pequeños, los pobres, los campesinos que han perdido todo lo que tenían siempre son las principales víctimas. ¿Me acuerdo de que, según Jesús, poseerán la tierra y el reino?.

Los canarios tienen una pasta especial. Incluso cuando se habla de su tragedia tienen tal tranquilidad y parsimonia que les sitúa en otra dimensión. Quizás estén más cerca de la paz contemplativa que presta sabiduría a la vida.

"Somos espectáculo", dice el Apóstol Pablo. El volcán de La Palma tiene una dimensión espectacular. Hemos seguido la apertura de sus bocas, el río de lava hacia el mar, su bramido continuo. Lo hemos visto embobados e impotentes. Su fuerza ante nuestra pequeñez, su belleza junto a su poder devastador, su irrupción ante nuestros planes. Hasta el dolor tiene un misterio de belleza y la belleza un lado de dolor.

Las islas están formadas por viejos volcanes durante millones de años. Te miras en el espejo y ves en tu rostro pasar el tiempo. Corres al trabajo, te preocupas por el tráfico, el último acontecimiento de tu pequeña vida. Levántate y aúpate hacia el no-tiempo.

La tierra es un ser vivo en continua transformación. Un día se separaron los continentes, surgieron los mares, evolucionaron los animales y vino el hombre. El volcán recuerda que hay una inteligencia, un fuego, una vida, una energía sembrada en el interior del Cosmos. ¿Podemos acceder a ella?. Solo desde el silencio.

El volcán, como la sonrisa de un niño, el movimiento de las mareas, el cráter de una flor, el parto de una madre, la belleza de una anciana y mil cosas que me rodean sólo me impelen arrodillarme y saborear un amor sin medida ni raciocinio.»

Gracias, Pedro Miguel, por esta reflexión. Pedimos al Padre, al Dios de la vida, al Dios que creó al hombre a su imagen y semejanza, que interceda en la naturaleza, por nuestro pueblo que sufre los rugidos de la madre naturaleza.

Animo al pueblo de La Palma y a los palmeros, no a los pelotas, sino a los nobles y sencillos hermanos de nuestra querida isla de La Palma.

 

         Hasta la próxima

         Paco Mira