DIARIO DE UN CURA

ME HICIERON UN REGALO

Ocurrió esta misma semana. Me encontré con Manolo, a eso de las 9 de la mañana,  en la misma puerta de la iglesia.  Venía a contar  su problema porque calculó  mal los gastos del mes y ya no le quedaba para poder comer. Le dije que ese mismo día podía pasar por Cáritas parroquial que, seguro, le ayudarían.

 Por la tarde, Manolo volvió.  Esta vez tocó en la puerta de  mi casa. Me extrañó su visita. Me dijo que estaba muy agradecido por lo bien que le atendieron en Cáritas y que me traía un regalo. Lo tengo ahora mismo sobre la mesa: Un folio con un poema de Bertolt Brecht y una revista del Partido Comunista. Recogí y agradecí sinceramente el regalo y aproveché para dialogar  del  compromiso político y cristiano. Coincidimos en que se puede ser lo uno y lo otro si uno no se deja llevar por fanatismos.

Casualmente, ayer mismo, a  unos 200 metros de donde vivo, se incendió una casa. Por la tarde algunos feligreses me propusieron ir a visitar a María, la persona que perdió prácticamente todo lo que había en la vivienda.  Con Fabián, Juana Fefa y Loly estuvimos allí acompañándola a ella y a sus familiares. Dialogamos con sus hermanas y sobrinos y, por supuesto,  nos ofrecimos a echar una mano para solucionar el problema.  

Lo curioso es que hoy mismo me llamó un conocido político para decirme que también él visitó a  la persona que sufrió el incendio y que allí se enteró de  que la gente de la parroquia también la había visitado.  Y acabó diciéndome: Creo que tengo que reconciliarme con la Iglesia.  Porque siempre que hablo  de  ustedes es para criticarles.

 ¡Bendito sea Dios! Esto último, que conste, soy yo quien lo digo…

Me alegra que, al margen de las ideas, cristianos o no,  tengamos un compromiso con la sociedad y nunca nos quedemos de brazos cruzados. Como el impactante  compromiso de la vecina de La Garita, en Telde, Isabel Santana.  En  estos tiempos en los que algunos  siguen diciendo que no son racistas pero rechazan a  inmigrantes que llegan a Canarias,  Isabel acogió varios meses en su casa a Youssuf,  un senegalés llegado en patera a nuestra Isla y que vivía en la calle. Y no sólo eso.  Como el joven quería viajar a la península para unirse con otros familiares  y  la Policía se lo impedía, Isabel luchó, con la ley en la mano,  para que pudiera embarcar. Y para que  no tuviera problemas dentro del aeropuerto, Isabel sacó un pasaje también para ella y así poder acompañarlo hasta la misma entrada al avión. 

Hacer el bien  no tiene más color que la bondad.

El regalo más grande que le puedes dar a los demás, dice Bertolt Brecht,  es el ejemplo de tu propia vida.

Esta semana, además del que me hizo Manolo, he recibido otros regalos más que quisiera compartir.

“Hay hombres, decía el escrito que recibí,  que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero están los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

Me he encontrado con algunas personas imprescindibles.

¿Qué mejor regalo puedo recibir y dar?