DIARIO DE UN CURA
Una novena cantada
Puede resultar muy feo decir que estuvo
bien algo que uno mismo ha preparado. Pues lo siento, pero feo y todo –para eso
es mi diario- voy a escribir aquí que la novena a la Virgen de Candelaria de mi pueblo me está gustando,
está muy festiva y bonita.
También “me llena de orgullo y
satisfacción” (perdone, D. Juan Carlos, si me lee allá en su exilio) que
después de 25 años de aquel tímido y tal vez imprudente inicio, Radio
Tamaraceite siga funcionando y llegue a
más oyentes.
Disculpen este comienzo un poco pedante.
Pero de alguna forma tenía que decir que
la pandemia ha podido con muchas cosas y muchas personas, es verdad. Pero no,
no ha podido con la ilusión, con la
iniciativa y ni siquiera con la alegría.
Estoy viviendo las fiestas más raras de
mi pueblo. Ni una bandera, ni cochitos, ni feria, ni verbenas, ni banda de
música, ni fuegos artificiales. Y sin embargo, cada noche, unas 80 personas, no
más porque la ley no lo permite, nos reunimos a rezar, a cantar y a soñar ante
una imagen preciosa de la Virgen con el Niño en un brazo y una vela encendida
en la otra.
Les aseguro que sólo veo gestos de satisfacción en los 80 rostros con
mascarilla que cantan y que miran
devotamente esa vela encendida llena de esperanza. Una vela encendida siempre
La novena de este año se ha llenado de
nombres. Nombres de personas con ganas de cantar y de rezar. Me apetece
nombrarlas. Son hombres y mujeres que han puesto música y letra y oración para
que la fiesta no se rompa. ¿No les canso
si los nombro uno a uno? Porque quiero hacer mi pequeño homenaje a esas
personas que hacen posible que la vela siga encendida.
Pepe Juan, Rita, Junior, María Jesús,
Juani, Pedro Pablo, Flori, Maite, Paco, Jorge, Paqui, Romina, Loly, Alexis,
Laura, Mila, Beatriz, Lourdes, Iván, Hermi, Isabel, Obdulia, Fabián, Manolo...
y ganas me dan de seguir nombrando a cada uno de los que forman Coros y Danzas
o el Coro parroquial o los grupos de la parroquia que día a día, sin perder el
ánimo los encuentras allí haciendo que la fiesta sea fiesta, más por dentro que
por fuera. Como deben ser las auténticas fiestas. Pero no quiero cansarles. Ellos, cada noche
de la novena, nos han acercado un poquito al cielo con palabras recitadas o
cantadas, siempre sentidas, ante la
patrona.
Menos mal que existe la música y la
canción. Así empezó Radio Tamaraceite hace 25 añitos, con una canción de Mecano
llamada JC.
Y
con un Aleluya empezó la fiesta más extraña
de los 205 años de la parroquia de Ingenio.
Si no fuera porque tengo algo de
vergüenza, también mi diario acabaría con música. Con esa música que 80
personas cantan cada noche a la Candelaria de Ingenio. Lo voy a intentar con el
grupo de Coros y Danzas de Ingenio.
Qué hermosa sois, Madre de Candelaria….