Escribe Paco Mira:
ÚLTIMA LLAMADA PARA LOS SRES.
PASAJEROS DE LA VIDA
Bueno, que estamos aquí de
paso, eso no lo niega ni lo discute nadie. Lo que sí tenemos que buscar es la
forma y la manera que nuestra estancia sea lo mejor posible a todos los
niveles. No siempre se consigue, aunque creo que todos lo intentamos.
Es casi como la vida de un aeropuerto:
¡Cuántos miles de personas que nos cruzamos!, con su historia personal, sus
problemas, sus dificultades, sus ilusiones, su maleta en la mano, su sonrisa,
sus lágrimas de despedidas temporales, su cara de no saber cómo será el
destino…. Si nos fijamos, es como la vida misma. Y de vez en cuando se oye: “Ultima
llamada, para los sres. pasajeros del vuelo….”, no solamente en castellano,
sino también en otros idiomas. Pero aprendemos a convivir con ruidos
(informaciones) a los que nos hacemos inmunes, oímos pero no escuchamos, porque
entendemos que no va con nosotros.
Es curioso que el evangelio de este fin
de semana es como la voz del aeropuerto de la vida. Una voz que nos lanza
mensajes todos los días y que normalmente hacemos como en los aeropuertos,
inmunes a su mensaje. Este fin de semana nos hace no solo una llamada, sino
tres.
La primera dice: “vengan a mí todos
los que están cansados y agobiados, que yo les aliviaré” ¡para que después
digan que el evangelio no tiene actualidad!: nuestros momentos son momentos de
arrojar la toalla para muchos, de asfixia, de ertes, de falta de trabajo, de
incertidumbres ante el futuro. Jesús es la oferta, se ofrece a sí mismo para
dar una oportunidad, no de solucionar el problema puesto que no tiene la varita
mágica, pero sí de tomar un cierto resuello que nos de fuerza para afrontar las
dificultades.
Una segunda llamada dice “carguen
con mi yugo que es llevadero y mi carga es ligera”. En esto hemos tenido –
a lo mejor seguimos teniendo – la culpa los que decimos que ya estamos dentro:
normas, leyes, preceptos, resoluciones, …. y Jesús lo único que nos dice que el
Amor es el único tema del que nos van a examinar. Jesús fomenta, motiva… la libertad
de todos y cada uno de nosotros. El mensaje de Jesús es un mensaje de
liberación, no de servilismo a intereses que no tienen nada que ver con el
mensaje del evangelio, y hacen que su yugo sea una carga tremenda.
Por último se me ocurre una tercera
llamada: “ aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón y encontrarán
descanso”. ¡Qué difícil es que tengamos humildad en el motor de nuestro
cuerpo! Me quiero imaginar a un Jesús que en los caminos polvorientos de su
querida Palestina, nunca había problemas o por lo menos no los buscaba y seguro
que tenía motivos para cabrearse. El camino que él propone es un camino que él
mismo ya recorre, un camino que no tiene que ser desconocido para nosotros,
pues es el camino de poner la otra mejilla, es el camino de perdonar más de
setenta veces siete, es el camino de guardar la espada en la vaina, es el
camino de quien esté sin pecado que tire la primera piedra, etc.
Este Evangelio, es el Evangelio de lo
que el Concilio llamaba los signos de los tiempos. Eso que siempre echamos en
cara a la religión o al propio Jesús. No oímos, como en el aeropuerto, las
llamadas por la megafonía de la vida, nos hemos echo inmunes a las voces que
nos llaman y reclaman sinceridad, autenticidad y ejemplo para muchos que nos tienen
como seguidores de Jesús de Nazaret.
Mi felicitación a todos los que
empiezan las vacaciones y los de Pamplona por los sanfermines.
Hasta la próxima
Paco Mira