CUANDO LA TORMENTA PASE
TE PIDO, DIOS APENADO,
QUE NOS DEVUELVAS MEJORES,
COMO NOS HABÍAS SOÑADO

«Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos 
y seamos sobrevivientes 
de un naufragio colectivo. 

Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo 
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos 
todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido. 
Ya no tendremos desidia:
Seremos más compasivos. 

Valdrá más lo que es de todos 
que lo jamás conseguido.
Seremos más generosos
y mucho más comprometidos.

Entenderemos lo frágil 
que significa estar vivos.
Sudaremos empatía 
por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo 
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.

Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado. 
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.

Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida, 
la vida que hemos ganado.

Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado, 
que nos devuelvas mejores, 
como nos habías soñado» .

(Mario Benedetti)