Escribe Paco Mira:
 A REINICIAR EL EQUIPO

             Tengo un compañero de trabajo, que siempre está con la misma matraquilla: "¿por qué le dan fuerte a las teclas del ordenador? No por darle más fuerte, escribirán mejor o el ordenador responderá mejor". La verdad es que es un fenómeno, entre otras cosas porque le gusta, se empapa de todo aquello que huela a informática, compra toda revista que tenga que ver con el tema.... y además es una enciclopedia andante: "¡Oye, tengo un problema con la fregona de mi casa, ¿sabrías de alguna página que me solucione el problema?." Y siempre acierta con lo que uno busca. Son de esas envidias sanas, pero que hay que tener carisma para ello y este lo tiene.
         El otro día hablando con él, me comentaba que a veces los ordenadores nos duran menos de lo que debieran debido a nuestro trato: no le damos tiempo a que se ponga en marcha, damos al "enter" de una manera apurada y a veces como cabreados pensando que aquello va a funcionar un poco mejor de lo que lo hace, cuando tenemos que reiniciar el equipo lo hacemos sin que el propio ordenador reajuste sus propios parámetros para poder hacerlo, etc....
         Todo esto viene a cuento, porque la cuaresma, ¿qué es?. Estoy  por asegurar que si le preguntamos a muchos de los que normal y asiduamente vamos a nuestras celebraciones y les hacemos esta pregunta, más de un silencio, más de alguna incorrección, más de una mala respuesta se daría. Y se me acordó a mi amigo el informático, cuando le pregunté ¿qué significa reiniciar el equipo? y el me contestó, Paco, sin dejar de ser el ordenador que es, volver a empezar.
         Pues entiendo que la cuaresma va por ahí. Sin complicaciones teológicas; sin grandes discursos papales, aunque estos sean necesarios, sin grandes alusiones a los Santos Padres de la Iglesia católica... la cuaresma es sin dejar de ser lo que somos, tenemos la oportunidad de volver a empezar o por lo menos de razonar lo que podemos tener y que no hemos sabido aprovecharlo.
         El evangelio de esta semana nos traza un marco incomparable: un desierto, todo el mundo huye de él, por su extrema climatología, sin embargo es el lugar propicio para descubrir nuestra pequeñez, nuestra desnudez, lo poco que somos... en comparación con la inmensidad de su entorno. Y allí, en ese marco, Jesús es tentado, ¡quién lo diría!. Cuando la dureza del entorno aprieta, hay también quien se aprovecha del momento y te vende, te ofrece lo que no está escrito. Curioso.
         No hace mucho leía que en Venezuela, nuestra hermana Venezuela, habían aumentado los casos de prostitución debido a la situación y a la necesidad de tener que comer. Este fin de semana reivindicamos a la mujer, a las mujeres. Yo también. Pero no las reivindico en el plano político o ideologizadas políticamente. Reivindico a la mujer que es capaz de dar la vida y dar vida, a la que es capaz de entregarse por amor y con amor, a la que es capaz de perder el sueño para que otros lo cojan.... reivindico a la mujer que vive en su desierto particular pero que no cae en las tentaciones de lo fácil, de lo perfectamente correcto o que no se deja engañar.
         Amigos, reiniciemos nuestro equipo personal. La cuaresma es el momento propicio para reiniciar nuestro ser. Dios nos ofrece otra oportunidad en la vida. Hagámoslo con cariño, pero con la convicción de que estamos necesitados de un desierto en un mundo que no nos deja encontrarnos con nosotros mismos y eso que lo necesitamos.
         Feliz  Cuaresma
         Hasta la próxima
         Paco Mira