Escribe Paco Mira
EL CAMINO QUE LLEVA A BELÉN, ES....
PARA PROCLAMAR

Los villancicos entran en el kit
navideño. Uno de ellos cantaba Rafael que "el
camino que lleva a Belén, baja hasta el valle que la nieve cubrió". Y
me da la impresión que la nieve tiene mucha culpa de lo que cubre y que
probablemente no vemos o no queremos ver. No hace mucho llegaba la policía a
nuestra iglesia y preguntaba si había una manta para un hombre que en una noche
de frío, estaba descamisado y le iba a dar algo. Recuerdo que le pregunté a los
guardias si los servicios sociales municipales no tenían un plan para
contingencias como estas, me dice que no. ¡Cómo cubre la nieve, las miserias de
unos impuestos que no tienen calderilla para dar cobijo en una noche fría a
quien - por los motivos que fuere - no tiene techo!.
Pero claro, el camino sigue bajando
hasta Belén. Y probablemente la nieve cubra edificios que solamente miramos por
el morbo de quien pueda estar dentro. Edificios a quien la sociedad ha dicho
que tienen que servir para la reinserción de quienes han cometido un delito o
una equivocación. Seguro que nosotros estamos deseando que ese tiempo sea
eterno e infinito. Como eterna e infinita es la sonrisa del apartado de la
sociedad y afincado en un humilde pesebre, cual celda de castigo social, porque
"en la ciudad no había sitio".
Y nuestro camino hacia Belén sigue
transcurriendo en medio de una nieve que no nos deja ver a tantas y tantas
familias que no llegan a fin de mes y tienen que acudir a caritas. Tienen que
tender la mano a una serie de voluntarios cuales pastores que acuden prestos a
un acontecimiento importante en la oscuridad de una cueva. Voluntarios que
acuden rápidos a las necesidades de muchos, mientras otros cenamos ajenos a los
avatares y problemas de muchos.

¡Qué fácil es felicitar la Navidad y
qué difícil es hacer navidad!. Les propongo que hagamos un reto todos: no
felicitemos la Navidad, HAGAMOS NAVIDAD.
Hasta la próxima
Paco Mira