Alegrándome de que estén todos bien de salud, la mía es buena gracias a Dios, escribo estas líneas pa'contarles como fueron mis navidades niña yo.
Mi
niñez y hasta los 15 años estuve con mis abuelos paternos y mis tíos solterones
ellos ende que nacieron.
Juanita y Chano, tendría yo unos seis años cuando mi tío me regaló el misterio y comencé a hacer el belén. Mi tío Chano todos los días llegaba del trabajo con una figurita, así fue mi afición a la Navidad que a día de hoy sigo haciendo el belén, eso sí, nunca he puesto al cagón... Mi belén no me lo caga nadie.
En aquel entonces no había luces, ni bolas, ni árbol de Navidad. Al cabo de los años y otra vez mi tío Chano llegó de trabajar con una guirnalda de luces de colores, recuerdo perfectamente q mi tía Juanita me hizo el primer arbolito de Navidad. Ella era costurera y bien amañada pa'too. Con tiras de tela y unas cajitas envueltas con papeles de los mismos q usaba para hacer patrones, fue colgando en un gajo de almendrero y lo remató con una estrella de tela rellena de lana de oveja lavada.
Como los enchufes eran pocos, en uno de los apaños se fundieron los plomos, pero la agilidad de Juanita y su técnica con unos hilos finos de cobre lo solucionó enseguida. Chano enchufó en la habitación de al lado el cable y me dijo avísame cuando esté encendido. Oh mería se iluminó en colores... titi Chano ya está.... no, se apagó... ya se encendió, hasta que me dice Chano que era intermitente y por eso encendía y apagaba.
LA NOCHE DEL 24 era una noche especial a la hora de cenar, leche de cabra guisada, cruda, suero y beletén. Todo eso jalaíto con gofio de millo que mi abuela había tostado y llevado al molino. Cenábamos temprano y nos acostábamos vestidos, tapados hasta el cogote con la trapera y manta de lana.
La
casa de mi abuela era junto a la iglesia, pues fue mi abuela la que donó los
terrenos para construir la ermita y la plaza terreno que usaba para trillar los
cereales.
Cuando mejor estaba el sueño, mamá Pino nos ponía en pie, todos a la misa del gallo... Arriba que ya tocaron primera. La iglesia repleta las familias tenían su banco, mi abuela mandó a hacer uno de madera de tea, labrado y las iniciales, P.S.C. Pino Suárez Cruz. Mi tía le hizo unos cojines con tela encarnada. Esa noche en misa, hombres y mujeres se sentaban juntos en familia; el resto de los días en misa mujeres y niñas a la izquierda y hombres y niños a la derecha.
Después de oír misa, el Belén viviente dentro de la iglesia. Siempre me quedé con la magua de ser la virgen María, tú no, que eres chica y gorda (hoy sería bullying) pero tenían razón, así era yo rubia, bajita y gordita.... bien parecía y dicharachera. Como siempre era la pastorcilla graciosa que cantaba y decía versos... yo te traje este cordero cuasito por un milagro que con los truenos tan grandes toítos se me espantaron...María aquí te traigo unos pañalitos blancos con el nombre de Jesús que hizo mi tía Juanita bordados a punto de cruz. Versos que llevo en la memoria.
Los villancicos se cantaban con instrumentos caseros, botellas de anís, almirez, las panderetas las hacíamos con chapas escachadas colocábamos 6 chapas en una tacha grandita y clavadas en una tirilla de madera y cuántas más chapas y tachas mejor sonaba.
Al día siguiente, 25 de diciembre ya eran las Pascuas. Ese día sí había comida diferenciada, baifo frito, en salsa, todo esto si las cabras daban cría con tiempo, si no siempre tenía mi abuela un pollo grande empelechao criado aparte de los demás para que el engorde fuera el adecuado con él, sopas de fideos y ropa vieja, arroz, según el gusto.
En la mañana mamá Pino y tití Juanita habían hecho almendras garrapiñadas, unas con azúcar quemada y otras azúcar blanca y limón. Ese era el postre, turrón no había.
NOCHE DEL 31 FIN DE AÑO, UNA NOCHE cualquiera. Recuerdo a mi abuelo, Papá Chano que me decía, asómate al postigo que a las doce de la noche se pelea el año viejo con el nuevo a ver quién gana. Me vencía el sueño y al día siguiente le preguntaba: ¿Quién ganó papá Chano? El año nuevo mi niña, día 1 de enero un día más.
Llegaba el día 5 después de misa, cenar y preparar la hierba a los camellos y el cacharro lleno de agua. Cenar y a dormir temprano, venían los Reyes Magos y si estaba despierta no me dejaban nada.
Mi abuelo era mi despertador.... Arriba carasne que ya vinieron los Reyes; qué ilusión y alegría, naranjas mandarinas, almendras, higos pasados, muñecas de carozos de piña con sus vestidos, un año me trajeron una muñeca con la cara de cartón, se me ocurrió lavarle el josico y pegó a estirarse y a saltarle un ojo q se desbarató y adiós muñeca.
Al siguiente año una muñeca con la cara de caret (material delicado, no es lo mismo que porcelana). El asunto es que se me escapó de las manos estampando el josico en el suelo, y se rajó la cara de arriba abajo, quedando un ojo pa'la cumbre y otro al mar. Fuerte disgusto, total pa'no cansarles fui y soy muy feliz viviendo cada Navidad.
Felices
Pascuas misijos.
Pinito la del Norte
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