Dicen que ayer comenzó la primavera y algo se está notando.

     La primavera es la vida, es crecer, alegría, optimismo, es  el despertar del amor. Y sin embargo puede pensar alguien que mi comentario de hoy no tiene nada de primaveral.  Porque voy a hablar más bien del final de la vida. Que podríamos llamar también del comienzo de la Vida. Pero poniendo Vida con mayúscula.

      En estos años que llevo en Ingenio me he familiarizado mucho con los tanatorios y los entierros. Tengo amigos y familiares a los que no les gusta mucho hablar de la muerte. A mí, sinceramente, hasta me gusta. Incluso disfruto dando bromas sobre ese paso entre la vida con minúscula y la Vida con mayúscula que, tarde o temprano a todos nos llega.

    Aquí en Ingenio hay muchas personas a las que les encanta acompañar a las familias. Yo por ejemplo conocí a Eduardo en el tanatorio. De coincidir allí tantas veces ya nos tenemos mutuo aprecio. Él dice que va a acompañar siempre aunque no conozca ni al difunto ni a nadie de la familia.

     Lo mismo le pasa a Pepita que no sólo acompaña sino que cada día que muere alguien (y suelen ser bastantes) lleva un queque o una tarta a la familia. Eso es cumplir y muy bien con las “obras de misericordia” que los mayores  aprendimos en la catequesis.

     Ayer me tocó despedir a tres personas. Hablé con algunos amigos que conocían bien a las personas fallecidas. Me contaban con bastantes detalles  lo bondadosa que era una. Decían que aquella persona “era todo amor”.  Y yo me acordé de lo que dice San Juan de la Cruz que, “al atardecer de la vida me examinarán del amor”. ¿No les es parece Primavera  que algunas personas se despidan y sean despedidas  con tanto amor?  Ya es Primavera. Aunque a veces el día esté nublado.

 CANCIÓN: AL ATARDECER DE LA VIDA

https://youtu.be/dw13WcrBrQ8

ENLACE PARA ESCUCHAR LA  REFLEXIÓN EN RADIO10 INGENIO

https://go.ivoox.com/rf/143555088

 CANCIÓN CUANDO ME VAYA de Molocos

https://youtu.be/VQaGza8sz3c?si=l_t5v47h3XwbfAg_