Escribe Paco Mira:
SÉ VALIENTE: EN LOS TIEMPOS QUE CORREMOS, ¿QUIÉN DICES TÚ QUE SOY
YO?
Pasa todos los domingos,
pero como hacía tiempo que no lo veía, pues... y es que un equipo de fútbol
nacional (el Barça), sufrió una debacle deportiva con motivo de la liga de
campeones. Algunos, creo que no en serio, lo comparaban a la debacle económica
de 1929: perdió contra un equipo por una abultadísima goleada. A raíz de este
hecho, empezaron las conjeturas de quien tenía la culpa, de quien debería de
dimitir, quienes eran los demonios del vestuario, etc... y sobre la marcha
empezaron a surgir un montón de nombres en sustitución de los que ya están. Me
maravilló la cantidad de nombres que surgen, de nacionalidades asociadas a esos
nombres, de equipos relacionados con los nombres, etc... y me preguntaba,
¿tanta cultura tenemos?. Seguro que si nos preguntamos por algunas preguntas de
las más fáciles de pasapalabra, y no
acertamos ni una.
El evangelio de esta semana, hace una
pregunta que no tiene que dejarnos indiferentes a ninguno de nosotros. Seguro
que no está en la lista del fútbol ni de pasapalabra. Jesús le
pregunta a Pedro, y tú, ¿quién dices que soy yo?. Les puedo confesar que si
esa pregunta me la hacen a mí, probable que quedaría perplejo, como quedaría
Pedro, y sobre todo pensativo ante la respuesta.
Es curioso como la pregunta, en esta
ocasión, se hace en verano. Una época en la que todos nos relajamos un poco e
incluso como si Jesús también se fuera de vacaciones y por ello no tenemos que
"cumplir" con requisitos dominicales; una época de mucha confusión,
incertidumbre, miedo y de preguntas sin respuestas como es, no solamente el
coronavirus, sino el rebrote que parece ser que estamos viviendo; una época en
la que hubo gente que ha perdido un ser querido muy próximo, al que estaba muy
apegado; una época de Erte, de paro, de escasez económica y de futuro
incierto....y ante toda esta situación, Jesús nos sigue haciendo la misma
pregunta, y tú, ¿quién dices que soy yo?.
En esta pregunta está el
ser mismo de nuestro cristianismo. En esta pregunta está la raíz de nuestra
esperanza. Los que no comparten con nosotros esta dicha, seguro que nos
restriegan en la cara, como profetas de calamidades, que si fuera real la
persona en la que creemos no sucedería lo que está sucediendo.
Sin embargo, yo respondo no de una
forma bucólica, sino sincera y real: cuando uno se levanta y ve un amanecer
como los que nosotros vemos en estas maravillosas islas, no puede ser obra de
nadie más que de un Dios admirable, incluso cuando los avatares de la vida no
sean de viento favorable, sino que las lágrimas sean las que dibujen la cara de
cada uno de los rostros cansados y fatigados de no poder más. A veces caminamos
por caminos oscuros y tortuosos, llenos de piedras que dificultan nuestros
pasos, creo que Dios es la luz que ilumina mis pasos y los de muchos como yo.
Cuando uno se mira al espejo y va
viendo ya las marcas que la vida le va dejando, incluso los achaques, los
tropiezos, la incomprensión, la poca paciencia... se refleja en ese espejo un Dios
misericordioso, paciente, lento a la ira, rico en misericordia... Y ese Dios lo hace tanto en invierno, en
verano o en cualquier otra estación del año. Espero que seamos capaces de dar
respuestas, mejores que las del fútbol.
Yo invito a los que llevamos el carnet de cristianos, a que nos
dejemos preguntar como a Pedro, Y para
tí, ¿quién dices que soy yo?
Hasta la próxima
Paco Mira