¿DÓNDE NOS SENTAREMOS EN LA IGLESIA Y CÓMO
COMULGAREMOS?
Un artículo publicado en Religión
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Mamparas para dar la comunión: ¿el futuro de los
templos tras la pandemia?
¿Comulgar en la boca, o en la mano? ¿Con guantes o sin ellos? ¿Con o sin
mascarilla? El futuro de la comunión en la Iglesia del post-coronavirus se abre
a multitud de posibilidades
A la hora de
comulgar, los fieles se dirigen hacia unos paneles transparentes, tras los
cuales están los ministros de la comunión, que entregan la hostia por debajo de
la mampara en la mano de los fieles. De este modo, el celebrante no necesita
siquiera llevar mascarillas
¿Comulgar en la boca, o en la mano? ¿Con
guantes o sin ellos? ¿Con o sin mascarilla? El futuro de la comunión en la
Iglesia del post-coronavirus se abre a multitud de posibilidades. La más
innovadora la puso en marcha este fin de semana el cardenal de Colonia, monseñor Woelki, a utilizar
una mampara de metacrilato para entregar la sagrada forma, en la mano, a
los fieles.
¿Sería posible llevar esta práctica a
España? Los expertos apuntan que no, pero no se atreven a despreciar ninguna
posibilidad, porque la Iglesia de la post-pandemia será nueva a todos los
niveles. Las mamparas sí se están introduciendo en restaurantes y
oficinas, ¿por qué no en iglesias?
Alemania, como en muchas otras cosas,
está llevando la iniciativa. Este viernes regresaron las misas abiertas al
público en el país, con rigurosas medidas de aforo y seguridad. Así, en la
catedral de Colonia se dejaron entrar a 122 personas y, como también
sucederá en España, los fieles se tienen que ubicar en los extremos exteriores
de los bancos. No se les permite cantar,
y deben dirigirse hacia la comunión por un camino distinto al de regreso.
Los responsables eclesiales piden a todos los asistentes el número de
teléfono para, si se da algún caso de contagio, se puedan rastrear las rutas
de infección. A la hora de comulgar, los fieles se dirigen hacia unos paneles
transparentes, tras los cuales están los ministros de la comunión, que entregan
la hostia por debajo de la mampara en la mano de los fieles. De este modo, el
celebrante no necesita siquiera llevar mascarillas.
Tras la misa, la salida se hace por
las puertas laterales. ¿Qué pasará con los templos que sólo tengan
una puerta de entrada? Al salir, los fieles se encuentran con los tradicionales
cepillos, sujetos por voluntarios con una vara larga. En España, el proyecto DONE del Banco Sabadell ofrece
una alternativa mucho más segura, la de las huchas digitales, que nadie tiene
por qué tocar, excepto el voluntario que la porte, y que pueda pasar la tarjeta
y marcar la cantidad: 1,5, 10 o 19 euros (más de 20 se precisa el pin de la
tarjeta).