Cartas a Jesús
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CARTA DE ANA ROSA CRUZ, DE 59 AÑOS. CRUCE DE ARINAGA
Querido
Dios, hace mucho tiempo que no te escribo y ya es hora de que lo haga.
Verás, no sabía qué hacer. Mi día a día era estar confinada, porque
normalmente hago lo que estoy haciendo ahora: cuidar de mi familia y poco más.
Por lo que ves, no me aburro pero sí me
canso ¿y sabes por qué? Porque desde que me levanto hasta que me acuesto pienso
en lo que está ocurriendo en el mundo y en especial en mi tierra. Porque mi madre, con 91 años, enfermó de neumonía y
estuvimos mucho tiempo sin saber de ella por esta alarma sanitaria en la que
nos encontramos. También se me pone un nudo en la
garganta y en el estómago cuando mi hija sale de casa a trabajar,
porque no sé si vendrá contaminada o simplemente la confinen en el hospital o
la obliguen a confinarse en su casa.
Y después de
contarte esto, quiero decirte que no me quejo por esto, me quejo por la
insensatez de muchos ciudadanos que no son capaces de cumplir con las normas ni
las leyes. Todavía con mis cincuenta y
nueve años no comprendo esa actitud de autodestrucción que tiene el ser humano.
Pero bueno.... Bueno Señor ¿recuerdas aquellas
cartas extensas que te escribía hace 6 o 7 años, quizás algunos más, seguro que
sí, yo también las recuerdo porque me ayudaron a seguir adelante en
aquellas circunstancias tan duras que me tocaba vivir. Hoy gracias a Ti, Dios mío, mi madre volvió a
casa y mi hija sigue yendo a trabajar muy feliz aunque con mucho miedo también. Con miedo a ser contaminada por culpa de la
falta de material y feliz porque hace lo que más le gusta: ayudar a los demás,
servir a los demás. Sólo te pido Dios mío
que cuides de todas esas personas que ponen su vida al servicio del prójimo: sanitarios,
médicos, policías, cajeras de supermercados,... A todos los que de una
manera u otra salen de sus casas para cuidar de nosotros; te pido Señor que
cuides e ilumines a los científicos para que encuentren una cura a tanto
sufrimiento y dolor, te pido Señor por esas personas que no son capaces de
tener por los demás saliendo de sus casa para pasear, etc.
Dios mío todo esto lo pongo en tus manos porque nunca
me has defraudado y solo Tú sabes lo que está bien y mal.
Cuida de todos y gracias por tu Amor.
Ana Rosa.
